con una Naturaleza sanguinaria cuyas especies se alimentan unas de otras. Tenemos mosquitos palúdicos y gérmenes portadores de enfermedades. Heredamos, en fin, una Creación en estado de profunda discordia, y las consecuencias de dicha discordia retumban en cada esfera de la vida. El apóstol Pablo trata este tema en el capítulo 8 de su epístola a los Romanos. Allí describe a la Creación esperando con anhelante expectación la gloria final, cuando no solo el pueblo de Dios será perfecto, sino que la
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